Caso Javier B
El conflicto judicial de Javier se gestó durante el verano de 2019, cuando él y su ex pareja tuvieron una agria discusión por temas de dinero: ella no sólo le quitó las llaves de la casa, sino que le prohibió, tajantemente, ver a los niños. Aún cuando ya no vivían juntos desde enero de 2018, Javier seguía viendo diario a sus hijos. El motivo de aquella discusión fue la negativa de Javier a poner a nombre de ella todo su patrimonio. En la declaración que ella hace ante las autoridades de justicia, dijo que le había quitado las llaves por «un malentendido o discusión», pero lo que no quiso fue decir la verdad: que el conflicto había surgido por el desacuerdo económico ante todo lo que ella exigía.
Javier B fue detenido en dos ocasiones: la primera sin orden de aprehensión, el 30 de octubre de 2020; la segunda, el 13 de diciembre de 2022, y desde ese día estuvo preso. Se le cambió la medida cautelar a Prisión Domiciliaria el viernes 19 de julio de 2024; un año 7 meses y 6 días más tarde.
El proceso judicial ha estado plagado de irregularidades. Una de las iniciales y de las más graves fue la constante reclasificación de hechos: aquello que la Fiscalía inició llamando abuso sexual lo reclasificaron, sin explicación ni justificación legal, en pederastia agravada, con lo cual la jueza solicitó la orden de aprehensión.
Desde que la mamá de sus menores hijos inició este proceso, no ha presentado ninguna evidencia ni prueba que sustente sus acusaciones, sin embargo, las autoridades judiciales procedieron a detenerlo sin investigar, sólo con lo dicho por la señora.
A la fecha, Javier se encuentra bajo proceso penal por un delito que no cometió y que podría castigarse hasta con 30 años de prisión.
En junio de 2024 se cumplieron 5 años desde que Javier no ve a sus hijos. Él recuerda con alegría aquel 21 de junio de 2019, cuando festejó el Día del Padre (así lo muestran las fotos de su Instagram), sin saber que sería la última convivencia con ellos en muchos años. Su hijo tenía 8 años y medio, y su hija estaba a dos meses de cumplir 13. Fue entonces que la madre recurrió a varios medios y discursos para impedirle ver a sus hijos, señalando que, legalmente, será hasta que tengan 18 años y «sólo si ellos quieren, cuando vuelvan a ver a Javier». Y añade: «la niña ya en tres años podría verlo, pues cumplirá 18, pero seguramente, será hasta los 30». Lamentablemente, Javier, al igual que muchos padres en este país, vive una injusticia debido a un proceso judicial resultado de una infamia que no sólo ha atropellado sus derechos, sino también los de sus hijos.
Al presente Javier B está a la espera de juicio, que previsiblemente sucederá durante el primer semestre de 2025. Mientras tanto, la justicia y la salud socio-emocional de sus hijos seguirá comprometida, y con un futuro nada halagüeño.